jueves, 3 de noviembre de 2011

Y vos, ¿cómo te llamás?

Les transcribo esta nota que aparece hoy en Página 12, en homenaje a los dias, semanas, meses que hemos pasado charlando, preguntando, encuestando, consultando, debatiendo acerca de algo tan importante como el nombre que van a llevar durante toda su vida nuestros hijos.  Y pensando en Julia, la protagonista de la (hasta ahora) última elección de nombre, que está queriendo asomarse a este mundo de un momento a otro....


Y vos, ¿cómo te llamás?

Dar nombre a un niño “tiene algo de sagrado; es un bien que no ha de poder darse ni venderse, que se otorga para ser guardado”, observa el autor de esta nota; señala cómo en la elección del nombre “se entrecruzan los sueños de los padres respecto del niño que quisieran tener”, y advierte que, sobre esa base, “el niño imprimirá con su cuño su propio texto y hará suyo su nombre propio”.





Por Juan Eduardo Tesone *


Nadie escapa al nombre propio. El nombre es a la vez un derecho del niño y una institución, la única institución que individualiza en un acto de reconocimiento, relacionada con las funciones simbólicas de la maternidad y paternidad. Nombrar es hacer entrar al niño en el orden de las relaciones humanas. Elegir, dar un nombre a un niño, es hacerle una donación de una historia imaginaria y simbólica familiar. Esa donación lo inserta en la continuidad de una filiación, lo inscribe en los linajes materno y paterno, hilo de Ariadna transgeneracional que le indica un camino, pero no lo traza de antemano, dado que el nombre hace de ese sujeto un ser irremplazable que no se confunde con ningún otro miembro del linaje.

Esa donación incluye algo de sagrado; es un bien que no ha de poder darse ni venderse, se otorga para ser guardado. En la elección del nombre del niño, primera inscripción simbólica del ser humano, aparece, en filigrana, el deseo de los padres. Cuando nace, el niño no es una tabla rasa, no está virgen de toda inscripción. Lo precede un ante-texto, que es también intertexto parental. El nombre deviene la traza escrita de la encrucijada del deseo de los padres. Sobre este pre-texto, el niño vendrá a inscribir su propio texto, a apropiarse de su propio nombre. Conviene entonces recorrer ese libro familiar, reconocer ese manuscrito de letras cursivas ligadas por lazos que atraviesan varias generaciones, para permitir al niño hacer suyo su nombre propio. Revitalizar nuestro propio nombre es siempre una tarea inacabada.

En el pensamiento griego, el destino es una figura compuesta, en la cual pueden destacarse tres aspectos: a) Moira, inflexible predeterminación de una existencia, palabras pronunciadas de antemano a las cuales deberá plegarse toda la historia; b) Tukhé, el encuentro (bueno o malo), el azar; c) Daîmon, el personaje interno al sujeto, ignorado de él mismo, que guía sus pasos independientemente de su voluntad. El nombre reúne los tres aspectos; condensa la necesidad y el azar; deja al sujeto la posibilidad de reapropiarse de su nombre de pila, enriquecido por las incertidumbres del azar.

En la elección del nombre de pila hay siempre un acto de creación que se recrea constantemente, a medida que el niño podrá hacer suyo su nombre. Sólo en el curso de ese proceso el nombre se convertirá realmente en nombre propio. Si en algún momento el niño hiciera un síntoma, el nombre de pila podría ser tomado como un criptograma, cuyo desciframiento se puede revelar útil para liberar al niño de un punto de anclaje necesario, sin duda, para su filiación, pero que a veces puede amarrarlo a una patología. Se atribuye un nombre a un niño, pero a veces se atribuye un niño a un nombre.

Los dos elementos del sistema onomástico moderno, común en Occidente, son el apellido y el nombre de pila. Que el apellido haya adquirido una importancia mayor en nuestro actual sistema no debe hacernos olvidar de que, en realidad, es de aparición reciente. La utilización del nombre comienza a aparecer hacia el año mil, y tan sólo durante el Renacimiento se extenderá su uso a toda Europa. Recién entonces prevalece la fórmula: nombre de pila más apellido. Sin extendernos sobre la evolución en la antroponimia moderna del uso del nombre de familia, conviene destacar que entonces (con excepción del sistema de nominación romano) había tan sólo un nombre. Ese nombre único correspondía, en líneas generales, a nuestro nombre de pila actual y no era transmisible de generación en generación. A cada niño se atribuía un nombre diferente y creado libremente por sus genitores. Las motivaciones podían estar influidas por un acontecimiento histórico de la comunidad, las características del parto o los rasgos del niño, la relación con los ancestros o, prevalentemente, por la expresión de los deseos que concernían al niño. Muy a menudo el nombre era inédito (los homónimos eran poco frecuentes) de modo que la creación simbólica de ese nombre dotaba al niño de una originalidad comparable con el patrimonio genético.

En las sociedades occidentales, el sentido de los nombres de pila se ha opacado, en la medida en que son elegidos a partir de una lista previamente existente. No es el caso en la mayoría de los pueblos de la Antigüedad o en el Africa tribal, donde el sentido de los nombres es relativamente transparente, ya que son una libre creación de quienes lo aplican, generalmente los padres, a veces con la contribución de su entorno familiar y social.

Me parece, sin embargo, que en nuestras sociedades el sentido no ha desaparecido. No me refiero al sentido literal de los nombres de pila, del cual hablan los diccionarios. Hablo de las motivaciones personales de los padres y de las condiciones mitopoiéticas de la elección del nombre de pila, que a mi juicio han pasado al registro inconsciente. Antes de nuestra llegada al mundo, una compleja red de relaciones familiares nos precede y determina, en tanto varias generaciones confluyen, de manera inconsciente, en la elección del nombre de pila del niño.

Nacido el niño, la función princeps de la familia es darle un lugar generador de alteridad. Y es por intermedio de la interpelación de su nombre de pila como el niño se va reconociendo como ser-separado-de sus padres. Responde a su nombre de pila aun antes de lograr decir “yo”.

Si el acto de nombrar puede desdoblarse en transmisión del apellido y elección del nombre de pila ¿no sería fundamentalmente a través de este último como se expresa el deseo parental? Si hay una fuerza determinante –significante–, ¿acaso no se expresa en las razones inconscientes de dicha elección? Un nombre nunca es indiferente, implica una serie de relaciones entre el que lo lleva y la fuente de la cual procede. En este sentido, el nombre de pila sólo es un nombre “propio” si se inserta en una historia simbólica familiar y social. En la elección del nombre de pila hay una inscripción y una transcripción del deseo parental. El nombre es el sedimento móvil de un mito familiar en suspensión que compromete al niño. Es el armazón, el cimiento, el zócalo de su futura identidad.

En el nombre de pila, sobredeterminado, se condensan y entrecruzan las cadenas asociativas de los sueños de los padres respecto del niño que quisieran tener. El significante de nuestro nombre contiene, en una alquimia fundadora, el deseo de nuestros padres. Sobre el ante-texto, que es también inter-texto, el niño imprimirá con su cuño su propio texto, y hará suyo su nombre propio. J. Derrida (Freud y la escena de la escritura) sugiere pensar la vida como una huella con fuerza determinante, que opera antes de que el ser exista como presencia. Si se acepta esta propuesta, se puede concebir el ante-texto que es el nombre de pila, ya no como una estatua inmóvil, tallada en la piedra una vez y para siempre, sino como una escultura cinética, que admitirá nuevas orientaciones en su movimiento, asumiendo diferentes formas en incesantes reformulaciones.

Según Ouaknin y Rotnemer (Le grand livre des prénoms bibliques et hébraïques, Paris, Albin Michel, 1993), el nombre tiene esencialmente tres funciones: de identificación, de filiación y de proyecto. J. Clerget (Le nom et la nomination, Toulouse, ed. Erès) señala que el acto de nombrar hace un agujero en el Uno del narcisismo omnipotente: ante el llamado de la ninfa Eco, enamorada, Narciso permanece indiferente, haciendo caso omiso a sus gemidos; ser llamado no hace agujero en Narciso, que prefiere morir ahogado antes que responder al llamado de su nombre.

* Autor de En las huellas del nombre propio (Ed. Letra Viva), que recibió el segundo Premio Nacional 2011 de la Secretaría de Cultura de Nación en la categoría “Ensayo psicológico”. Texto extractado del trabajo “El nombre propio en la encrucijada transgeneracional”, que se publicará en el próximo número de la revista Imago-Agenda.

sábado, 15 de octubre de 2011

regalo para mamás

Nuestra amiga Lau no es una mamá así nomás, es madre de tres: pero de tres juntos !!! De los únicos (hasta ahora) trillizos que hay en esta familia. 

Y como si no tuviera suficiente trabajo con cambiar el triple de pañales, preparar el triple de comida, despertarse el triple de veces durante la noche, se dedica (junto a su también genial hermana) a hacer cosas maravillosas. Principalmente, a hacer que las fiestas de cumpleaños de nuestros chicos tengan un diseño único desde el más mínimo detalle, pero también a darnos ideas como este regalo para el dia de la madre: 





Un set de macetitas con plantas aromáticas en el que pueden participar los chicos, y que también es una idea lindísma para regalar en cualquier ocasión, o para tener en casa. En el blog de Delicious Tea publicaron el paso a paso para realizarlo.

Lau y Mariela, no me canso de repetirlo: HERMOSO!!!

domingo, 9 de octubre de 2011

niño hermoso

Hoy, domingo 9 de octubre, me despertó a las 9:45 un mensaje en el celu: "Nació Antonio!!!" . Otro integrante para esta familia de tias y primos que no para de crecer y de hacernos felices.
El mismo dia que Antonio, hace 71 años, nació el hombre que escribió esta bellísima canción:



Para Antonio y sus hermanitos, toda la felicidad del mundo!!




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jueves, 6 de octubre de 2011

encuesta sobre lactancia

Mi querida amiga Valeria, reciente mamá por segunda vez, está realizando una experiencia muy especial en relación con la lactancia, que comparte en este blog. Y junto a otros blogs amigos que también hablan de estos temas, están apoyando esta encuesta a la que también me sumo:
 
 

Photobucket


"Lactandoamando ( http://lactandoamando.blogspot.com/2011/09/primera-encuesta-de-lactandoamando.html) ha creado su primera encuesta sobre información, formación y apoyo en lactancia materna dirigida para madres y futuras mamás que quieran amamantar o que ya hayan amamantado a sus hijos/as con el fin de conocer de forma directa cuál es la situación real de la lactancia materna en nuestra sociedad. Desde el corazón de la calle y alejado de los fríos despachos.

Un estudio por y para madres con el que además esperamos, si obtenemos  la colaboración y participación necesaria, podamos hacer algo  para cambiar o al menos intentarlo, todo eso que nos preocupa y que nos dificulta a la hora de dar el pecho a nuestros hijos, o que por lo menos sirva para poner de manifiesto cuáles son nuestras necesidades, problemas, dificultades y derechos como madres.


La encuesta se estructura en tres fases que tratan sobre la lactancia materna: durante el embarazo, el parto y la estancia en el hospital, y la vuelta a casa.

Todas las preguntas se refieren a aspectos importantes que se relacionan con la formación, la información y el fomento de la lactancia materna y, especialmente en la última fase, al respeto de esa lactancia materna y al apoyo del entorno de la madre en esta situación.


Todos los datos que te pedimos en esta encuesta serán utilizados únicamente para los fines estadísticos propios del estudio. No existen datos que permitan identificar al usuario por lo que la privacidad es total y completa. Puedes dejar en la encuesta un email de contacto si quieres que te enviemos un correo electrónico una vez que los resultados estén disponibles y publicados en el blog. En caso de que no quieras recibir ese aviso no es necesario que nos lo dejes.


La encuesta no precisa de más de 10 minutos para poder realizarla. 

Precisamente, para poder facilitarte la tarea y ahorrar tiempo, hemos preferido un diseño sencillo, basado en Google Docs, que permite tener toda la encuesta a la vista en tan solo 
unos pasos, aunque debidamente estructurada para poder rellenarla fácilmente."



















































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sábado, 20 de agosto de 2011

en el dia del niño

Si los niños viven con crítica
Aprenden a condenar.
Si los niños viven con hostilidad
Aprenden a vivir luchando.
Si los niños viven el ridículo
Aprenden a ser tímidos.
Si los niños viven con vergüenza
Aprenden a sentirse culpables.

Si los niños viven con tolerancia
Aprenden a ser pacientes.
Si los niños viven con estímulo
Aprenden a confiar.
Si los niños viven con alabanza
Aprenden a apreciar.
Si los niños viven con honradez
Aprenden la justicia.
Si los niños viven con seguridad
Aprenden a tener fe.
Si los niños viven con aprobación
Aprenden autoestima.
Si los niños viven con aceptación y amistad
Aprenden a hallar amor en el mundo.

viernes, 29 de julio de 2011

O Leãozinho

Si esto de vivir compartiendo tantos sobrinos era una maravilla, que se sigan sumando (y a este ritmo) es una emoción difícil de explicar.....

Hoy nos toca dar la bienvenida a la jungla a León, por eso esta canción.




Toda la felicidad del mundo para su mamá multitask y esa familia a la que queremos tanto !!!

lunes, 18 de julio de 2011

lectores se hacen

Comparto una artículo aparecido en Clarín.

"Cada año, con las vacaciones de invierno y junto a los espectáculos y las películas para chicos, llega la Feria del Libro Infantil y Juvenil: los libros dedicados a los chicos. Todo un universo de lecturas y entretenimientos en el que, si uno se lo propone, es posible entrar con un chico o chica y salir con un Lector. Así, con mayúsculas. Muy bien. Usted eligió llevar a su proyecto de Lector a la Feria porque sabe o intuye que la lectura es algo bueno, algo que abre mentes. Y tiene razón. Aprendemos leyendo. Crecemos leyendo. Pero debo advertirle: ningún Lector nace lector. Los lectores se hacen. Y ese proceso se inicia cuando ven leer a los adultos más cercanos y cuando tienen libros a su alcance. Libros que se puedan hojear, manosear, doblar y (esperemos que no) hasta romper. Así que si en verdad quiere tener un Lector, empiece por armar una biblioteca acorde a su tamaño si no cuando nuestro Lector tenga hambre de historias, no tendrá de dónde servirse.  Ahora una buena: nunca es tarde. Solo hace falta unir al Lector determinado con el libro preciso para que se produzca la magia. Para que se active el arte de leer por placer. ¿Pero qué libro?, preguntará usted. Eso es lo que se puede averiguar en la Feria. Porque lo que allí sobran son, justamente, libros. Para comenzar el proceso, tenga en cuenta la edad del Lector que lo acompaña. Si todavía no terminó el jardín de infantes, enfile hacia los libros con tapas duras, buenas ilustraciones, poco texto. A esos que llamamos libros-álbum. Aquí encontrará enorme talento al servicio de la imaginación. Dos de muestra: Tucán aprende una palabra de Márgara Averbach y Viviana Bilotti y Desde las gradas de Sandra Comino y Eugenia Nobati. Bien, para bucear entre todos los miles que encontrará, pregúntese qué cosas le interesan a su Lector. ¿Los animales, los dinosaurios, la música, la naturaleza? Una vez que halle algo interesante, aquí va el gran secreto: siéntese en el piso y póngase a leer. Sí, usted. Y ni siquiera en voz alta. Si de pronto se ríe, se emociona, se asusta, o le surge cualquier otra emoción primitiva, deje que su Lector, que seguro está trepando por su hombro para saber qué miércoles le está pasando, se asome al misterio. Ah … lo hemos seducido. Ahora comiencen a leer juntos.
Pasemos al Lector en edad escolar. En este caso, déjese llevar. Nuestro Lector va a apuntar hacia lo primero que le llame la atención. Que haga, que busque. La lectura es un acto de libertad y para practicarla hay que ser libre. Usted quédese a mano, por las dudas. Sí puede, por ejemplo, limpiar el camino de moralejas, diminutivos y malas traducciones. Las tres piedras con que puede tropezar el Lector. Y recuerde: no hay géneros menores. Historieta, poesía, novela, cuentos, divulgación, chistes. Cada lectura es un escalón que lleva a otras lecturas.  Si quiere, durante el recorrido muéstrele al Lector los libros que usted leía cuando era chico, (preséntese Lector). Un Verne o un May Alcott, según corresponda. Comparta. Pero no espere que le gusten de entrada. Las formas de narrar han cambiado así como cambió la forma de hablar, y es lógico que el Lector prefiera una historia con la que se sienta identificado. No insista. Darle de leer a un Lector novato un libro para un Lector experto puede cerrar una puerta. Ahora, si tanto el Lector como usted terminan desorientados de tanta letra impresa y ya no saben qué están leyendo o mirando, un par de consejos: El misterio nunca falla. Tampoco el humor. Lector que muere a carcajadas, lector que revive por más. Dos de muestra: Rodrigo y el libro sin final, de Sebastián Lalaurette, y El libro salvaje, de Juan Villoro. Antes de continuar, un descanso para ver qué hacemos con tanto espectáculo y talleres que ofrece la Feria. Téngalos en cuenta. Bien sirven a la hora de Lector cansado o a punto de rabieta.
En cuanto al Lector joven, hay tantos maravillosos libros juveniles, que con solo enviarlo a la Feria con una caña y dejarlo pescar, le digo que alcanza. De muestra: Los socios del club de pescadores de Franco Vaccarini, o El hombre de los pies-murciélago, de Sandra Siemens. Quisiera poner más nombres y más títulos. Nuestro país tiene fantásticos escritores e ilustradores de literatura infantil y juvenil. Gente que respira historias, que escribe para chicos simplemente porque no quiere hacer otra cosa. Si apunta a ellos no se equivoca. Y aquí concluye el recorrido. Pero sólo en lo que se refiere a la Feria. El camino del Lector no se termina nunca. Ni aún cuando se llega a la última página."

viernes, 8 de julio de 2011

llegó el dia

Todos sabemos, desde el momento en que tenemos hijos, que hay cosas que nos van a pasar en algún momento casi sin excepción. Algunas antes, algunas previsibles, otras menos esperables, pero todas llegan.

Y a mí me llegó esta:

En la escuela de mi hijo mayor, los chicos que no llevan el cuaderno de comunicados firmado por los padres pierden un recreo. Si eso está bien o mal, si sirve o no, no es ahora la cuestión. El tema es que ayer a la tarde reviso el cuaderno y encuentro la última nota del dia anterior, firmada...

- esto .... - medio que pregunté

- ah, lo firmé para no perderme el recreo! - dijo, como si nada....

Segundo grado.

domingo, 19 de junio de 2011

dia del padre


 a ellos, que (entre muchas otras cosas) tantas veces los cuidan para que nosotras podamos salir .....




F E L I Z    D I A !!!


lunes, 21 de marzo de 2011

El móvil de Hansel y Gretel.

Hace un tiempito que tengo el tema de nuestros chicos y la tecnología en un borrador. Y en estos dias, una vez más, mi hijo mayor me hizo un planteo en relación con un cuento que estaba leyendo y algún aparato que hubiera resuelto la historia en cuestión. A partir de eso me acordé de un texto muy bueno que leí en un blog hace un tiempo, y que si bien no habla específicamente del tema de los chicos, me gustaría compartir.


El móvil de Hansel y Gretel.

Anoche le contaba a  Nina un cuento infantil muy famoso, el Hansel y Gretel de los hermanos Grimm. En el momento más tenebroso de la aventura los niños descubren que unos pájaros se han comido las estratégicas bolitas de pan, un sistema muy simple que los hermanitos habían ideado para regresar a casa. Hansel y Gretel se descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer. Mi hija me dice, justo en ese punto de clímax narrativo: "No importa. Que lo llamen al papá por el móvil".

Yo entonces pensé, por primera vez, que mi hija no tiene una noción de la vida ajena a la telefonía inalámbrica. Y al mismo tiempo descubrí qué espantosa resultaría la literatura -toda ella, en general- si el teléfono móvil hubiera existido siempre, como cree mi hija de cuatro años. Cuántos clásicos habrían perdido su nudo dramático, cuántas tramas hubieran muerto antes de nacer, y sobre todo qué fácil se habrían solucionado los intríngulis más célebres de las grandes historias de ficción.

Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica, en cualquiera que se le ocurra. Desde la Odisea hasta Pinocho, pasando por El viejo y el mar, Macbeth, El hombre de la esquina rosada o La familia de Pascual Duarte. No importa si el argumento es elevado o popular, no importa la época ni la geografía.

Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica que conozca al dedillo, con introducción, con nudo y con desenlace.
¿Ya está?

Muy bien. Ahora ponga un teléfono móvil en el bolsillo del protagonista. No un viejo aparato negro empotrado en una pared, sino un teléfono como los que existen hoy: con cobertura, con conexión a correo electrónico y chat, con saldo para enviar mensajes de texto y con la posibilidad de realizar llamadas internacionales cuatribanda.

¿Qué pasa con la historia elegida? ¿Funciona la trama como una seda, ahora que los personajes pueden llamarse desde cualquier sitio, ahora que tienen la opción de chatear, generar videoconferencias y enviarse mensajes de texto? ¿Verdad que no funciona un carajo?

Nina, sin darse cuenta, me abrió anoche la puerta a una teoría espeluznante: la telefonía inalámbrica va a hacer añicos las nuevas historias que narremos, las convertirá en anécdotas tecnológicas de calidad menor.

Con un teléfono en las manos, por ejemplo, Penélope ya no espera con incertidumbre a que el guerrero Ulises regrese del combate.
Con un móvil en la canasta, Caperucita alerta a la abuela a tiempo y la llegada del leñador no es necesaria.
Con telefonito, el Coronel sí tiene quién le escriba algún mensaje, aunque fuese spam.
Y Tom Sawyer no se pierde en el Mississippi, gracias al servicio de localización de personas de Telefónica.
Y el chanchito de la casa de madera le avisa a su hermano que el lobo está yendo para allí.
Y Gepetto recibe una alerta de la escuela, avisando que Pinocho no llegó por la mañana.

Un enorme porcentaje de las historias escritas (o cantadas, o representadas) en los veinte siglos que anteceden al actual, han tenido como principal fuente de conflicto la distancia, el desencuentro y la incomunicació n. Han podido existir gracias a la ausencia de telefonía móvil.

Ninguna historia de amor, por ejemplo, habría sido trágica o complicada, si los amantes esquivos hubieran tenido un teléfono en el bolsillo de la camisa. La historia romántica por excelencia (Romeo y Julieta, de Shakespeare) basa toda su tensión dramática final en una incomunicación fortuita: la amante finge un suicidio, el enamorado la cree muerta y se mata, y entonces ella, al despertar, se suicida de verdad. (Perdón por el espoiler.)

Si Julieta hubiese tenido teléfono móvil, le habría escrito un mensajito de texto a Romeo en el capítulo seis:
M HGO LA MUERTA, PERO NO STOY MUERTA.
NO T PRCUPES NI HGAS IDIOTCES. BSO.
Y todo el grandísimo problemón dramático de los capítulos siguientes se habría evaporado. Las últimas cuarenta páginas de la obra no tendrían gollete, no se hubieran escrito nunca, si en la Verona del siglo catorce hubiera existido la promoción "Banda ancha móvil" de Movistar.

Muchas obras importantes, además, habrían tenido que cambiar su nombre por otros más adecuados. La tecnología, por ejemplo, habría desterrado por completo la soledad en Aracataca y entonces la novela de García Márquez se llamaría "Cien años sin conexión": narraría las aventuras de una familia en donde todos tienen el mismo nick (buendia23, a.buendia, aureliano_goodmorni g) pero a nadie le funciona el messenger.

La famosa novela de James M. Cain "El cartero llama dos veces"- escrita en 1934 y llevada más tarde al cine, se llamaría "El gmail me duplica los correos entrantes" y versaría sobre un marido cornudo que descubre (leyendo el historial de chat de su esposa) el romance de la joven adúltera con un forastero de malvivir.

Samuel Beckett habría tenido que cambiar el nombre de su famosa tragicomedia en dos actos por un título más acorde a los avances técnicos. Por ejemplo, "Godot tiene el teléfono apagado o está fuera del área de cobertura", la historia de dos hombres que esperan, en un páramo, la llegada de un tercero que no aparece nunca o que se quedó sin saldo.

En la obra "El jotapegé de Dorian Grey", Oscar Wilde contaría la historia de un joven que se mantiene siempre lozano y sin arrugas, en virtud a un pacto con Adobe Photoshop, mientras que en la carpeta Images de su teléfono una foto de su rostro se pixela sin remedio, paulatinamente, hasta perder definición.

La bruja del clásico "Blancanieves" no consultaría todas las noches al espejo sobre "quién es la mujer más bella del mundo", porque el coste por llamada del oráculo sería de 1,90 la conexión y 0,60 el minuto; se contentaría con preguntarlo una o dos veces al mes. Y al final se cansaría.

También nosotros nos cansaríamos, nos aburriríamos, con estas historias de solución automática. Todas las intrigas, los secretos y los destiempos de la literatura (los grandes obstáculos que siempre generaron las grandes tramas) fracasarían en la era de la telefonía móvil y del wifi.

Todo ese maravilloso cine romántico en el que, al final, el muchacho corre como loco por la ciudad, a contra reloj, porque su amada está a punto de tomar un avión, se soluciona hoy con un SMS de cuatro líneas.

Ya no hay ese apuro cursi, ese remordimiento, aquella explicación que nunca llega; no hay que detener a los aviones ni cruzar los mares. No hay que dejar bolitas de pan en el bosque para recordar el camino de regreso a casa.

La telefonía inalámbrica -vino a decirme anoche la Nina, sin querer- nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante. Las hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles.

Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida real, no estaremos privándonos de aventuras novelescas por culpa de la conexión permanente? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá desesperado al aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la vida es aquí y ahora?
No. Le enviaremos un mensaje de texto lastimoso, un mensaje breve desde el sofá. Cuatro líneas con mayúsculas. Quizá le haremos una llamada perdida, y cruzaremos los dedos para que ella, la mujer amada, no tenga su telefonito en modo vibrador. ¿Para qué hacer el esfuerzo de vivir al borde de la aventura, si algo siempre nos va a interrumpir la incertidumbre? Una llamada a tiempo, un mensaje binario, una alarma.

Nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos: cuidado que el duque está yendo allí para matarte, ojo que la manzana está envenenada, no vuelvo esta noche a casa porque he bebido, si le das un beso a la muchacha se despierta y te ama. Papá, ven a buscarnos que unos pájaros se han comido las migas de pan.

Nuestras tramas están perdiendo el brillo -las escritas, las vividas, incluso las imaginadas- porque nos hemos convertido en héroes perezosos.
 
 

Interesante, no? Acá pueden leerlo directamente de la fuente.



miércoles, 16 de marzo de 2011

piojos y piojitos II

Lanzan un plan oficial para combatir los piojos en el aula

Clarín, 15/03/11
 
El 53 por ciento de los chicos de primaria los padece. Por primera vez habrá acciones integrales: Ciudad hará una campaña y Provincia incluirá el tema en su programa de salud escolar. Quieren incorporar el hábito diario del peine fino como el lavado de dientes.


Los piojos son el enemigo público número uno de los chicos y sus papás. Con el comienzo de clases, el contagio recrudece. Los sufren más de la mitad de los nenes y nenas que van a la escuela primaria, según revela una encuesta online para Clarín que D’Alessio Irol realizó a padres de todo el país. Las autoridades educativas de la Ciudad y de la Provincia de Buenos Aires reconocen que es un problema sanitario serio. Por eso, desde este año harán por primera vez acciones integrales para intentar frenarlos.
El 53% de los chicos en el nivel primario tiene piojos, pero también los sufren el 39% de los niños de jardín y el 37% de los secundarios, según el sondeo. También señala que el 60% de los padres reconoció que en el último año gastó más de 100 pesos para combatir el problema, pero que las soluciones son sólo temporales. Y 3 de cada 10 dicen incluso que hubo un incremento en la aparición de piojos en sus hijos en el último año.
En la Ciudad pondrán en marcha una campaña de concientización con afiches en las entradas de las escuelas: apuntan a desterrar el mito de que el piojoso es un chico sucio y a que los padres incorporen el hábito de pasar el peine fino todos los días, al igual que el cepillado diario de dientes. “Estamos preparando una campaña puntual con asesoramiento de pediatras y dermatólogos. La idea es que toda la comunidad educativa esté más atenta y preparada para frenar este fenómeno creciente”, contó a Clarín , Max Gulmanelli, titular de la Unidad de Apoyo a la comunidad educativa del Ministerio de Educación porteño. La Provincia, en tanto, incluirá por primera vez el tema en su programa de salud escolar que se llama Entorno Saludable e incluye, además, temas como higiene bucal, alimentación y vacunas. Los maestros serán capacitados en cada problemática.
“Si bien es una lucha de todo el año, marzo y abril es la época del ciclo lectivo con mayores niveles de infestación. El calor y la humedad crean el clima propicio para estos parásitos”, subraya Luis Crovetto, director de Medicina Preventiva del Ministerio de Salud bonaerense. Y agrega: “Es un problema epidemiológico mundial, que en su mayoría afecta a niños sin distinción de clases sociales”.
Hasta ahora, el tema se había tratado en forma aislada en las escuelas, en general en respuesta a pedidos de padres o de autoridades escolares. Pero ahora, las acciones serán planificadas e integrales. Maestros, padres y chicos conocerán en detalle cómo es el ciclo de vida de los piojos, cómo se alimentan, dónde se alojan, cómo se contagian, los riesgos que pueden provocar y cuáles son los tratamientos recomendados para combatirlos. Según la encuesta, al tope de los métodos elegidos está el peine fino (80%), siguen los productos químicos (56%), el vinagre (21%) y el palo amargo (24%). Los más cruentos, como el kerosene (1%), cayeron en desuso.
La batalla se hizo más difícil en la última década: estos bichos se volvieron resistentes a los productos químicos. El uso intensivo de la permetrina desarrolló poblaciones resistentes de piojos. Para matarlos hay que usar dosis 100 veces mayores que hace 10 años. Ahora, los laboratorios buscan desarrollar pediculicidas con métodos diferentes a los habituales.


 

jueves, 10 de marzo de 2011

dos años

El chiquito cumplió dos años!!!

El que conocimos así, con 5 mm



en tan poco tiempo (porque para nosotros dos años es nada) ya es practicamente un niño grande.

Como nos pasa a todas, como me pasó con el mayor, la vida en esto dos años cambió muchísimo. Pero en este caso, el cambio pasa fundamentalmente por la infinita cantidad de veces en tan poco tiempo, en que me escuché a mí misma diciendo "cuidado", "ahí no", "eso no", "dejá", "salí", "bajá", "vení acá", "soltá", "pará" ....
Así todo el dia, todos los dias.

Es increíble lo distintos que pueden ser dos hermanos. Y es increíble lo que te puede llegar a agotar, aturdir, desesperar, hacer doler la cabeza un niño terremoto como este. Y más increíble aún es que así y todo, sigas pensando que es lo mejor que te pasó en la vida.


 

miércoles, 23 de febrero de 2011

the pacifier

A quién se le habrá ocurrido llamar de esa forma a lo que nosotros conocemos como chupete? Ni idea, pero cuánta sabiduría, cuánta experiencia... qué cantidad de hijos habrá tenido el que sugirió ese nombre, no?

Anteanoche, en mi casa desapareció el chupete. "EL" chupete, nunca tuve uno de repuesto. Lo buscamos por todos lados, por donde se les pueda ocurrir, y no apareció. La conclusión fue que, como ya había ocurrido con el anterior, voló por el balcón:  los chicos de casi dos años tienen una gran habilidad para hacer que caiga cualquier cosa a través de los cuadraditos de la protección, esa que hace que no caigan ellos completos.

A las diez de la noche yo decidí que no iba a terminar el dia en la fila de Farmacity, como ya me había pasado. Hora de intentar dormir sin chupete. Y, noche histórica, se durmió sin chupete. A las diez y cuarto se acostó el gordo, ni un sonido, ni un reclamo, ni una lágrima. A las 8 de la mañana se despertó, tomó la leche, y siguió hasta las diez menos cuarto. 

La noche fue un éxito. Había que esperar que pasara el dia para disfrutar de la segunda noche en esta nueva etapa en la vida del chiquito.

Y así pasó el dia: gritos, lloriqueos, corridas por toda la casa, revoleo de juguetes, futbol y demás deportes de pelota en la sala. Aguanté lo necesario para que pasara la hora del sol fuerte y lo saqué al club: el río y la arena parecían la única salvación. Hasta yo necesitaba nadar un poco y apretar arena húmeda fuerte para descargar la tensión de la que el dia sin chupete me estaba cargando. Chapoteó, nadó, jugó en la arena, corrió, se tiró de los toboganes, jugó al metegol, pateó la pelota..... Tres horas estuvimos, pero nunca se cansó.

Volvimos a casa, lo metimos en la bañera llena de agua tibiecita y shampoo relajante. A las diez lo llevamos a la cuna. Los alaridos no los puedo describir. Hasta donde le caían las lágrimas tampoco.

Mi dia terminó a las diez y media en la fila de Farmacity. 



viernes, 21 de enero de 2011

pequeñas despedidas

Durante toda nuestra vida estamos terminando etapas para comenzar otras, ya lo sabemos. 
Pero creo que ninguna requiere tener a mano tantas bolsitas para llenar de cosas que ya no se van a usar como la que están cerrando nuestros chicos versión 08/09. 
En solo un par de minutos de abrir cajones de la cocina (una insiste en que las primeras horas de las vacaciones son para ordenar la casa) salió esto, que a alguien seguramente le va a servir (nada se tira, nunca): 


 

El chiquito toma en vaso, come con cubiertos comunes, ya tiene todos sus dientes y el medicamento para prevenir los mocos fue mucho más sencillo de administrar sin la aerocámara.  El "bebé" casi es un nene, así que ya está todo esto embolsado y en los cajones de la cocina hay un poco más de espacio ... pero yo tengo como nudito en la panza.


 

lunes, 17 de enero de 2011

encuesta

Habrá sensación parecida, para una madre relativamente reciente, a la de despertarse un dia de verano fresquito, pensar qué me pongo, sacar un jean que estuvo ahí guardado la primavera, el invierno, el otoño, el verano, la primavera, el invierno y el otoño anteriores .... y comprobar que SUBE Y CIERRA ??????





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martes, 11 de enero de 2011

gracias María Elena Walsh

De más está hablar del lugar que ocupan en nuestras vidas y las de nuestros chicos las canciones y los libros de María Elena Walsh y de nuestra admiración eterna hacia ellos.

Voy a usar algo muy personal como pequeño homenaje: un poema del libro "Versos para Cebollitas" (1967), que creo que fue el pirmer libro que me aprendí de memoria del principio al fin cuando era muy chica.

Nos causaba mucha gracia a mis hermanos y a mí leer y repetir este texto infinitas veces e imaginarnos esas situaciones: supongo que tendría que ver con que a esa edad (4, 5 años...) el único Enrique del universo, para nosotros, era nuestro papá !!!



Ni dormido ni despierto,
como todas las mañanas,
don Enrique del Meñique
tiene ganas, muchas ganas
de tomar su desayuno
con catorce mediaslanas.

Don Enrique tiene casa
con muchísimos jardines,
y por entre sus rosales
se pasea con patines,
pero ¡ay! esa mañana
se enganchó los pantalines.

Se imaginan qué porrazo,
se imaginan qué caída.
Allí cerca lo esperaba
una mesa bien servida:
don Enrique, de nariz,
se cayó en la mermelida.

Don Enrique pataleaba:
“¡Los bomberos, accidente!”.
Nadie, nadie lo escuchaba,
pero en el balcón de enfrente,
atraído por los gritos
asomose un elefente.

Estiró bien la trompita
tras las rejas de su cucha,
pero el pobre era tan miope
que después de mucha lucha,
en lugar de don Enrique
levantó una cucarucha.

Pero al fin llegó el bombero
todo envuelto en una cinta.
Lo que había en su manguera
no era agua, sino tinta,
y empuñaba, en vez del hacha,
un dorado sacapinta.


Gracias María Elena Walsh por esos años de risas y por estos recuerdos eternos!!!

martes, 4 de enero de 2011

y en Rafaela se oyó el canto de una sirena



Mucha emoción, música y palmas para recibir a Mía !!!

Flia. Mujica, los queremos tantísimo !!!! Que sean muy, muy felices !!!