jueves, 3 de noviembre de 2011

Y vos, ¿cómo te llamás?

Les transcribo esta nota que aparece hoy en Página 12, en homenaje a los dias, semanas, meses que hemos pasado charlando, preguntando, encuestando, consultando, debatiendo acerca de algo tan importante como el nombre que van a llevar durante toda su vida nuestros hijos.  Y pensando en Julia, la protagonista de la (hasta ahora) última elección de nombre, que está queriendo asomarse a este mundo de un momento a otro....


Y vos, ¿cómo te llamás?

Dar nombre a un niño “tiene algo de sagrado; es un bien que no ha de poder darse ni venderse, que se otorga para ser guardado”, observa el autor de esta nota; señala cómo en la elección del nombre “se entrecruzan los sueños de los padres respecto del niño que quisieran tener”, y advierte que, sobre esa base, “el niño imprimirá con su cuño su propio texto y hará suyo su nombre propio”.





Por Juan Eduardo Tesone *


Nadie escapa al nombre propio. El nombre es a la vez un derecho del niño y una institución, la única institución que individualiza en un acto de reconocimiento, relacionada con las funciones simbólicas de la maternidad y paternidad. Nombrar es hacer entrar al niño en el orden de las relaciones humanas. Elegir, dar un nombre a un niño, es hacerle una donación de una historia imaginaria y simbólica familiar. Esa donación lo inserta en la continuidad de una filiación, lo inscribe en los linajes materno y paterno, hilo de Ariadna transgeneracional que le indica un camino, pero no lo traza de antemano, dado que el nombre hace de ese sujeto un ser irremplazable que no se confunde con ningún otro miembro del linaje.

Esa donación incluye algo de sagrado; es un bien que no ha de poder darse ni venderse, se otorga para ser guardado. En la elección del nombre del niño, primera inscripción simbólica del ser humano, aparece, en filigrana, el deseo de los padres. Cuando nace, el niño no es una tabla rasa, no está virgen de toda inscripción. Lo precede un ante-texto, que es también intertexto parental. El nombre deviene la traza escrita de la encrucijada del deseo de los padres. Sobre este pre-texto, el niño vendrá a inscribir su propio texto, a apropiarse de su propio nombre. Conviene entonces recorrer ese libro familiar, reconocer ese manuscrito de letras cursivas ligadas por lazos que atraviesan varias generaciones, para permitir al niño hacer suyo su nombre propio. Revitalizar nuestro propio nombre es siempre una tarea inacabada.

En el pensamiento griego, el destino es una figura compuesta, en la cual pueden destacarse tres aspectos: a) Moira, inflexible predeterminación de una existencia, palabras pronunciadas de antemano a las cuales deberá plegarse toda la historia; b) Tukhé, el encuentro (bueno o malo), el azar; c) Daîmon, el personaje interno al sujeto, ignorado de él mismo, que guía sus pasos independientemente de su voluntad. El nombre reúne los tres aspectos; condensa la necesidad y el azar; deja al sujeto la posibilidad de reapropiarse de su nombre de pila, enriquecido por las incertidumbres del azar.

En la elección del nombre de pila hay siempre un acto de creación que se recrea constantemente, a medida que el niño podrá hacer suyo su nombre. Sólo en el curso de ese proceso el nombre se convertirá realmente en nombre propio. Si en algún momento el niño hiciera un síntoma, el nombre de pila podría ser tomado como un criptograma, cuyo desciframiento se puede revelar útil para liberar al niño de un punto de anclaje necesario, sin duda, para su filiación, pero que a veces puede amarrarlo a una patología. Se atribuye un nombre a un niño, pero a veces se atribuye un niño a un nombre.

Los dos elementos del sistema onomástico moderno, común en Occidente, son el apellido y el nombre de pila. Que el apellido haya adquirido una importancia mayor en nuestro actual sistema no debe hacernos olvidar de que, en realidad, es de aparición reciente. La utilización del nombre comienza a aparecer hacia el año mil, y tan sólo durante el Renacimiento se extenderá su uso a toda Europa. Recién entonces prevalece la fórmula: nombre de pila más apellido. Sin extendernos sobre la evolución en la antroponimia moderna del uso del nombre de familia, conviene destacar que entonces (con excepción del sistema de nominación romano) había tan sólo un nombre. Ese nombre único correspondía, en líneas generales, a nuestro nombre de pila actual y no era transmisible de generación en generación. A cada niño se atribuía un nombre diferente y creado libremente por sus genitores. Las motivaciones podían estar influidas por un acontecimiento histórico de la comunidad, las características del parto o los rasgos del niño, la relación con los ancestros o, prevalentemente, por la expresión de los deseos que concernían al niño. Muy a menudo el nombre era inédito (los homónimos eran poco frecuentes) de modo que la creación simbólica de ese nombre dotaba al niño de una originalidad comparable con el patrimonio genético.

En las sociedades occidentales, el sentido de los nombres de pila se ha opacado, en la medida en que son elegidos a partir de una lista previamente existente. No es el caso en la mayoría de los pueblos de la Antigüedad o en el Africa tribal, donde el sentido de los nombres es relativamente transparente, ya que son una libre creación de quienes lo aplican, generalmente los padres, a veces con la contribución de su entorno familiar y social.

Me parece, sin embargo, que en nuestras sociedades el sentido no ha desaparecido. No me refiero al sentido literal de los nombres de pila, del cual hablan los diccionarios. Hablo de las motivaciones personales de los padres y de las condiciones mitopoiéticas de la elección del nombre de pila, que a mi juicio han pasado al registro inconsciente. Antes de nuestra llegada al mundo, una compleja red de relaciones familiares nos precede y determina, en tanto varias generaciones confluyen, de manera inconsciente, en la elección del nombre de pila del niño.

Nacido el niño, la función princeps de la familia es darle un lugar generador de alteridad. Y es por intermedio de la interpelación de su nombre de pila como el niño se va reconociendo como ser-separado-de sus padres. Responde a su nombre de pila aun antes de lograr decir “yo”.

Si el acto de nombrar puede desdoblarse en transmisión del apellido y elección del nombre de pila ¿no sería fundamentalmente a través de este último como se expresa el deseo parental? Si hay una fuerza determinante –significante–, ¿acaso no se expresa en las razones inconscientes de dicha elección? Un nombre nunca es indiferente, implica una serie de relaciones entre el que lo lleva y la fuente de la cual procede. En este sentido, el nombre de pila sólo es un nombre “propio” si se inserta en una historia simbólica familiar y social. En la elección del nombre de pila hay una inscripción y una transcripción del deseo parental. El nombre es el sedimento móvil de un mito familiar en suspensión que compromete al niño. Es el armazón, el cimiento, el zócalo de su futura identidad.

En el nombre de pila, sobredeterminado, se condensan y entrecruzan las cadenas asociativas de los sueños de los padres respecto del niño que quisieran tener. El significante de nuestro nombre contiene, en una alquimia fundadora, el deseo de nuestros padres. Sobre el ante-texto, que es también inter-texto, el niño imprimirá con su cuño su propio texto, y hará suyo su nombre propio. J. Derrida (Freud y la escena de la escritura) sugiere pensar la vida como una huella con fuerza determinante, que opera antes de que el ser exista como presencia. Si se acepta esta propuesta, se puede concebir el ante-texto que es el nombre de pila, ya no como una estatua inmóvil, tallada en la piedra una vez y para siempre, sino como una escultura cinética, que admitirá nuevas orientaciones en su movimiento, asumiendo diferentes formas en incesantes reformulaciones.

Según Ouaknin y Rotnemer (Le grand livre des prénoms bibliques et hébraïques, Paris, Albin Michel, 1993), el nombre tiene esencialmente tres funciones: de identificación, de filiación y de proyecto. J. Clerget (Le nom et la nomination, Toulouse, ed. Erès) señala que el acto de nombrar hace un agujero en el Uno del narcisismo omnipotente: ante el llamado de la ninfa Eco, enamorada, Narciso permanece indiferente, haciendo caso omiso a sus gemidos; ser llamado no hace agujero en Narciso, que prefiere morir ahogado antes que responder al llamado de su nombre.

* Autor de En las huellas del nombre propio (Ed. Letra Viva), que recibió el segundo Premio Nacional 2011 de la Secretaría de Cultura de Nación en la categoría “Ensayo psicológico”. Texto extractado del trabajo “El nombre propio en la encrucijada transgeneracional”, que se publicará en el próximo número de la revista Imago-Agenda.

sábado, 15 de octubre de 2011

regalo para mamás

Nuestra amiga Lau no es una mamá así nomás, es madre de tres: pero de tres juntos !!! De los únicos (hasta ahora) trillizos que hay en esta familia. 

Y como si no tuviera suficiente trabajo con cambiar el triple de pañales, preparar el triple de comida, despertarse el triple de veces durante la noche, se dedica (junto a su también genial hermana) a hacer cosas maravillosas. Principalmente, a hacer que las fiestas de cumpleaños de nuestros chicos tengan un diseño único desde el más mínimo detalle, pero también a darnos ideas como este regalo para el dia de la madre: 





Un set de macetitas con plantas aromáticas en el que pueden participar los chicos, y que también es una idea lindísma para regalar en cualquier ocasión, o para tener en casa. En el blog de Delicious Tea publicaron el paso a paso para realizarlo.

Lau y Mariela, no me canso de repetirlo: HERMOSO!!!

domingo, 9 de octubre de 2011

niño hermoso

Hoy, domingo 9 de octubre, me despertó a las 9:45 un mensaje en el celu: "Nació Antonio!!!" . Otro integrante para esta familia de tias y primos que no para de crecer y de hacernos felices.
El mismo dia que Antonio, hace 71 años, nació el hombre que escribió esta bellísima canción:



Para Antonio y sus hermanitos, toda la felicidad del mundo!!




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jueves, 6 de octubre de 2011

encuesta sobre lactancia

Mi querida amiga Valeria, reciente mamá por segunda vez, está realizando una experiencia muy especial en relación con la lactancia, que comparte en este blog. Y junto a otros blogs amigos que también hablan de estos temas, están apoyando esta encuesta a la que también me sumo:
 
 

Photobucket


"Lactandoamando ( http://lactandoamando.blogspot.com/2011/09/primera-encuesta-de-lactandoamando.html) ha creado su primera encuesta sobre información, formación y apoyo en lactancia materna dirigida para madres y futuras mamás que quieran amamantar o que ya hayan amamantado a sus hijos/as con el fin de conocer de forma directa cuál es la situación real de la lactancia materna en nuestra sociedad. Desde el corazón de la calle y alejado de los fríos despachos.

Un estudio por y para madres con el que además esperamos, si obtenemos  la colaboración y participación necesaria, podamos hacer algo  para cambiar o al menos intentarlo, todo eso que nos preocupa y que nos dificulta a la hora de dar el pecho a nuestros hijos, o que por lo menos sirva para poner de manifiesto cuáles son nuestras necesidades, problemas, dificultades y derechos como madres.


La encuesta se estructura en tres fases que tratan sobre la lactancia materna: durante el embarazo, el parto y la estancia en el hospital, y la vuelta a casa.

Todas las preguntas se refieren a aspectos importantes que se relacionan con la formación, la información y el fomento de la lactancia materna y, especialmente en la última fase, al respeto de esa lactancia materna y al apoyo del entorno de la madre en esta situación.


Todos los datos que te pedimos en esta encuesta serán utilizados únicamente para los fines estadísticos propios del estudio. No existen datos que permitan identificar al usuario por lo que la privacidad es total y completa. Puedes dejar en la encuesta un email de contacto si quieres que te enviemos un correo electrónico una vez que los resultados estén disponibles y publicados en el blog. En caso de que no quieras recibir ese aviso no es necesario que nos lo dejes.


La encuesta no precisa de más de 10 minutos para poder realizarla. 

Precisamente, para poder facilitarte la tarea y ahorrar tiempo, hemos preferido un diseño sencillo, basado en Google Docs, que permite tener toda la encuesta a la vista en tan solo 
unos pasos, aunque debidamente estructurada para poder rellenarla fácilmente."



















































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sábado, 20 de agosto de 2011

en el dia del niño

Si los niños viven con crítica
Aprenden a condenar.
Si los niños viven con hostilidad
Aprenden a vivir luchando.
Si los niños viven el ridículo
Aprenden a ser tímidos.
Si los niños viven con vergüenza
Aprenden a sentirse culpables.

Si los niños viven con tolerancia
Aprenden a ser pacientes.
Si los niños viven con estímulo
Aprenden a confiar.
Si los niños viven con alabanza
Aprenden a apreciar.
Si los niños viven con honradez
Aprenden la justicia.
Si los niños viven con seguridad
Aprenden a tener fe.
Si los niños viven con aprobación
Aprenden autoestima.
Si los niños viven con aceptación y amistad
Aprenden a hallar amor en el mundo.

viernes, 29 de julio de 2011

O Leãozinho

Si esto de vivir compartiendo tantos sobrinos era una maravilla, que se sigan sumando (y a este ritmo) es una emoción difícil de explicar.....

Hoy nos toca dar la bienvenida a la jungla a León, por eso esta canción.




Toda la felicidad del mundo para su mamá multitask y esa familia a la que queremos tanto !!!

lunes, 18 de julio de 2011

lectores se hacen

Comparto una artículo aparecido en Clarín.

"Cada año, con las vacaciones de invierno y junto a los espectáculos y las películas para chicos, llega la Feria del Libro Infantil y Juvenil: los libros dedicados a los chicos. Todo un universo de lecturas y entretenimientos en el que, si uno se lo propone, es posible entrar con un chico o chica y salir con un Lector. Así, con mayúsculas. Muy bien. Usted eligió llevar a su proyecto de Lector a la Feria porque sabe o intuye que la lectura es algo bueno, algo que abre mentes. Y tiene razón. Aprendemos leyendo. Crecemos leyendo. Pero debo advertirle: ningún Lector nace lector. Los lectores se hacen. Y ese proceso se inicia cuando ven leer a los adultos más cercanos y cuando tienen libros a su alcance. Libros que se puedan hojear, manosear, doblar y (esperemos que no) hasta romper. Así que si en verdad quiere tener un Lector, empiece por armar una biblioteca acorde a su tamaño si no cuando nuestro Lector tenga hambre de historias, no tendrá de dónde servirse.  Ahora una buena: nunca es tarde. Solo hace falta unir al Lector determinado con el libro preciso para que se produzca la magia. Para que se active el arte de leer por placer. ¿Pero qué libro?, preguntará usted. Eso es lo que se puede averiguar en la Feria. Porque lo que allí sobran son, justamente, libros. Para comenzar el proceso, tenga en cuenta la edad del Lector que lo acompaña. Si todavía no terminó el jardín de infantes, enfile hacia los libros con tapas duras, buenas ilustraciones, poco texto. A esos que llamamos libros-álbum. Aquí encontrará enorme talento al servicio de la imaginación. Dos de muestra: Tucán aprende una palabra de Márgara Averbach y Viviana Bilotti y Desde las gradas de Sandra Comino y Eugenia Nobati. Bien, para bucear entre todos los miles que encontrará, pregúntese qué cosas le interesan a su Lector. ¿Los animales, los dinosaurios, la música, la naturaleza? Una vez que halle algo interesante, aquí va el gran secreto: siéntese en el piso y póngase a leer. Sí, usted. Y ni siquiera en voz alta. Si de pronto se ríe, se emociona, se asusta, o le surge cualquier otra emoción primitiva, deje que su Lector, que seguro está trepando por su hombro para saber qué miércoles le está pasando, se asome al misterio. Ah … lo hemos seducido. Ahora comiencen a leer juntos.
Pasemos al Lector en edad escolar. En este caso, déjese llevar. Nuestro Lector va a apuntar hacia lo primero que le llame la atención. Que haga, que busque. La lectura es un acto de libertad y para practicarla hay que ser libre. Usted quédese a mano, por las dudas. Sí puede, por ejemplo, limpiar el camino de moralejas, diminutivos y malas traducciones. Las tres piedras con que puede tropezar el Lector. Y recuerde: no hay géneros menores. Historieta, poesía, novela, cuentos, divulgación, chistes. Cada lectura es un escalón que lleva a otras lecturas.  Si quiere, durante el recorrido muéstrele al Lector los libros que usted leía cuando era chico, (preséntese Lector). Un Verne o un May Alcott, según corresponda. Comparta. Pero no espere que le gusten de entrada. Las formas de narrar han cambiado así como cambió la forma de hablar, y es lógico que el Lector prefiera una historia con la que se sienta identificado. No insista. Darle de leer a un Lector novato un libro para un Lector experto puede cerrar una puerta. Ahora, si tanto el Lector como usted terminan desorientados de tanta letra impresa y ya no saben qué están leyendo o mirando, un par de consejos: El misterio nunca falla. Tampoco el humor. Lector que muere a carcajadas, lector que revive por más. Dos de muestra: Rodrigo y el libro sin final, de Sebastián Lalaurette, y El libro salvaje, de Juan Villoro. Antes de continuar, un descanso para ver qué hacemos con tanto espectáculo y talleres que ofrece la Feria. Téngalos en cuenta. Bien sirven a la hora de Lector cansado o a punto de rabieta.
En cuanto al Lector joven, hay tantos maravillosos libros juveniles, que con solo enviarlo a la Feria con una caña y dejarlo pescar, le digo que alcanza. De muestra: Los socios del club de pescadores de Franco Vaccarini, o El hombre de los pies-murciélago, de Sandra Siemens. Quisiera poner más nombres y más títulos. Nuestro país tiene fantásticos escritores e ilustradores de literatura infantil y juvenil. Gente que respira historias, que escribe para chicos simplemente porque no quiere hacer otra cosa. Si apunta a ellos no se equivoca. Y aquí concluye el recorrido. Pero sólo en lo que se refiere a la Feria. El camino del Lector no se termina nunca. Ni aún cuando se llega a la última página."